025: DEL INTENTO A PERMITIR QUE LAS COSAS OCURRAN
En los países occidentales nos hemos acostumbrado a intentar una cosa y si no resulta intentar otra. Además muchas personas sienten que si ponen mucho énfasis en un conseguir un trabajo, dinero, salud, o una pareja, al final lo van a conseguir (es el viejo refrán de “el que la sigue la consigue”). Pero se olvidan de una fase esencial del proceso: la de permitir que las cosas ocurran.
Los procesos para que se materialicen las cosas son una combinación de intercambio entre la energía activa y la receptiva. Así hay dos fases:
1 – Fase activa o del intento. Esta fase es importante, porque se pone la intención. Muchas personas no hacen este primer paso, ya que ni siquiera hacen el intento. Esperan de forma pasiva a ser descubiertos. Y esto, aunque algunas veces puede ocurrir, en la mayoría de los casos no sucede. Las personas que no hacen ni el primer intento se pasan la vida confiando en que alguien les ofrezca eso que creen que se merecen. Y cuando nada ocurre se resignan a su suerte o hablan de su mala suerte.
2 – Fase receptiva o de permitir que las cosas ocurran. Y esta fase es la que muchas personas no realizan. No se dan cuenta que la ansiedad, la impaciencia o el exceso de deseo bloquean el proceso creativo. No permiten que el proceso “respire” y, por lo tanto, que las cosas se materialicen. Cuantas veces una persona por ansiedad por conseguir un trabajo o sacar un proyecto adelante hace llamadas o actos inoportunos, lo que provoca que se les cierren las puertas; o cuantas personas quieren una pareja a toda costa, y si tienen la suerte de tener una oportunidad, en cuanto la consiguen, agobian tanto a la otra persona que esta se marcha asustada…

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